Preguntas frecuentes
La psiquiatría es una especialidad médica que se enfoca en el diagnóstico, tratamiento y prevención de trastornos mentales. Los psiquiatras somos médicos con formación específica en salud mental y tenemos la capacidad de diagnosticar y prescribir medicamentos, si es necesario. La psicología, por su parte, se centra en la terapia y el acompañamiento emocional, sin el uso de medicación.
Es recomendable buscar ayuda profesional si estás enfrentando dificultades emocionales, de pensamiento o de comportamiento que interfieren tu vida diaria. Algunas señales que indican que podrías necesitar apoyo incluyen:
- Estado emocional: tristeza persistente, ansiedad, miedo intenso, suspicacia, sensación de vacío, irritabilidad o sensación de desesperanza.
- Relaciones sociales: si tienes dificultades para mantener relaciones saludables (pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo), interactuar con los demás, o te sientes frecuentemente incómodo/a en situaciones sociales.
- Autocuidado: si notas cambios como no dormir lo suficiente, no alimentarte bien, sentir dificultades en el ámbito sexual, no hacer ejercicio, o descuidar tu higiene personal.
- Trabajo o estudios: si te cuesta cumplir con tus responsabilidades laborales o académicas, mantener la concentración, o cumplir con plazos y expectativas.
Si uno o varios de estos aspectos están siendo afectados, buscar ayuda profesional puede ser un paso importante para recuperar tu bienestar.
Los psiquiatras tratamos una amplia variedad de problemas de salud mental, que pueden afectar tanto el bienestar emocional como el comportamiento de una persona. Algunos de los trastornos más comunes incluyen:
- Depresión
- Ansiedad y fobias
- Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad (TDAH)
- Trastorno del Espectro Autista (TEA)
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)
- Trastornos de la Personalidad (Trastorno Límite de la Personalidad)
- Trastornos de la Conducta Alimentaria (Anorexia, Bulimia)
- Trastorno Bipolar
- Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
- Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
- Adicciones
Si deseas obtener más información sobre los servicios que ofrezco puedes consultar la cartera de servicios aquí.
Sí, es completamente posible y, en muchos casos, es altamente efectivo. De hecho, la combinación de tratamiento psicofarmacológico (como los ansiolíticos o los antidepresivos) con terapia psicológica (como la Terapia Cognitivo-Conductual o el Psicoanálisis), puede ser muy eficaz para abordar los problemas de salud mental desde diferentes enfoques.
La medicación puede ayudar a estabilizar el estado emocional o mejorar síntomas específicos, mientras que la terapia psicológica trabaja en la comprensión de los problemas, el desarrollo de habilidades de afrontamiento y la modificación de patrones de pensamiento y conducta. Juntos, pueden ofrecerte un apoyo más integral y completo.
Siempre hablaré contigo sobre la posibilidad de valorar ambos tratamientos. Si ya estás recibiendo terapia psicológica, me coordinaré con tu psicóloga/o para ajustar el tratamiento y asegurarme de que ambos enfoques sean complementarios.
Si crees que un ser querido necesita ayuda psiquiátrica, es importante abordar la situación con sensibilidad y cuidado. Puedes iniciar una conversación comprensiva y sin juzgar, expresando tus preocupaciones y ofreciendo tu apoyo en la búsqueda de ayuda profesional. Además, puedes ofrecerte a acompañarla/o a su primera cita, o ayudar a encontrar un psiquiatra que se adapte a sus necesidades.
La primera consulta es un paso crucial en tu proceso terapéutico. Durante esta visita inicial, el objetivo es conocerte mejor, comprender tus preocupaciones y establecer una base sólida para tu tratamiento.
En primer lugar, realizaremos una evaluación de tu salud mental, donde te haré preguntas sobre tus síntomas, tu historial médico y cualquier factor que pueda estar influyendo en tu bienestar emocional. Esta evaluación nos ayudará a entender más a fondo tu situación.
Luego, basándome en la información recabada, acordaremos un plan de tratamiento personalizado que se ajuste a tus necesidades individuales. Este plan puede incluir terapia, medicación o una combinación de ambas, según lo que sea más adecuado para ti.
Finalmente, aunque durante la consulta se aborden muchos puntos, siempre tendrás tiempo para hacer preguntas y aclarar cualquier duda sobre tu salud mental y el tratamiento que hemos acordado.
No necesitas hacer nada especial antes de tu primera consulta, pero si puedes, te recomiendo reflexionar sobre lo que te gustaría abordar: cómo te has estado sintiendo, desde cuándo, qué cosas te están afectando en tu día a día, y si has tenido experiencias previas con tratamientos o profesionales de salud mental.
Si tienes informes médicos, pruebas relevantes o recetas de medicamentos, puedes traerlos contigo o enviármelos previamente. Esto nos puede ayudar a tener una visión más completa de tu situación.
Lo más importante es que vengas con tranquilidad: la primera consulta está pensada para conocerte, entender qué te preocupa y valorar de qué formas puedo ayudarte.
En las consultas sucesivas, el objetivo principal es evaluar el progreso del tratamiento y hacer los ajustes necesarios en el plan de atención individualizado. Durante estas visitas, revisaremos tus síntomas, verificaremos cualquier efecto secundario de la medicación (si estás tomando), y discutiremos cualquier cambio en tu situación personal o emocional.
Estas consultas son también una oportunidad para brindarte apoyo continuo, responder preguntas adicionales que puedan surgir, y asegurarnos de que te sientas cómodo/a con el tratamiento y las recomendaciones.
En resumen, las visitas sucesivas están diseñadas para seguir de cerca tu progreso, adaptar el tratamiento según sea necesario, y ofrecerte el apoyo que necesitas para avanzar hacia una mejor salud mental y bienestar emocional.
La frecuencia de las consultas dependerá de tu situación y del tipo de tratamiento que estés recibiendo, pero generalmente son más espaciadas que las citas de psicología.
Al inicio del tratamiento, es común tener consultas más frecuentes, generalmente a las 2-4 semanas, para evaluar cómo estás respondiendo a la medicación y realizar ajustes si es necesario. A medida que tu situación se estabilice, las citas pueden espaciarse a intervalos mayores, como cada 2-3 meses, dependiendo de tu evolución y necesidades. En personas que requieran un tratamiento más prolongado o durante la retirada de la medicación, las citas pueden espaciarse hasta los 6-12 meses.
El objetivo es brindarte el apoyo necesario y asegurarnos de que el tratamiento se adapte de la mejor manera posible a tu proceso.
No, no es necesario que cuentes con una derivación (o interconsulta) previa. Puedes pedir una consulta directamente, sin necesidad de que otro profesional te haya derivado.
Muchas personas acuden por iniciativa propia, ya sea porque sienten que necesitan apoyo o porque desean entender mejor lo que les ocurre. Si vienes derivado/a por otro profesional (psicología, medicina de familia, neurología, pediatría etc.), puedes indicarlo para tenerlo en cuenta durante la valoración inicial. En ese caso, es recomendable que traigas cualquier informe, prueba o tratamiento previo que te hayan proporcionado.
Sí, por supuesto. No es necesario estar tomando medicación para acudir a consulta. La decisión de iniciar o no un tratamiento farmacológico se toma de forma conjunta, basándonos en tu situación particular. La consulta psiquiátrica no siempre implica medicación; a veces, la psicoterapia o el seguimiento sin fármacos puede ser suficiente. Lo más importante es que puedas expresar tus preocupaciones y que trabajemos juntos para encontrar el mejor enfoque para ti, ya sea con o sin medicación.
Sí, claro. Puedes acudir a las consultas sin la necesidad de tomar medicación si no lo deseas. La decisión de iniciar un tratamiento farmacológico es completamente voluntaria y depende de ti. En ocasiones, los tratamientos psicológicos, el acompañamiento emocional y otros enfoques pueden ser efectivos sin necesidad de medicación. Mi objetivo es ofrecerte un tratamiento personalizado y adaptado a tus necesidades y contexto, por lo que siempre respetaré tu decisión y trabajaremos juntos para encontrar la mejor opción para tu bienestar
Sí, absolutamente. La información que compartes durante las consultas está protegida por la confidencialidad médica. Como psiquiatra, estoy deontológica y legalmente obligado a mantener en todo momento la confidencialidad de tu información médica. Es importante que sepas que el secreto médico solo puede ser revelado en las siguientes situaciones:
- Si la persona da su consentimiento explícito para compartir la información. 2. Si existe un peligro real e inminente para la persona o para terceros. 3. Si se recibe un requerimiento judicial o hay una vulneración de la ley que lo exija.
Sí, si te hace sentir más cómodo/a, puedes venir acompañado/a por una persona de confianza, especialmente en la primera consulta. A veces contar con alguien cercano puede ayudarte a expresarte mejor o sentirte más tranquilo/a.
De todos modos, habrá momentos durante la sesión en los que pueda ser útil que hablemos a solas, para que tengas un espacio completamente personal y seguro. Esto lo valoraremos juntos en función de la situación y tus necesidades.
La decisión de utilizar medicación se basa en una evaluación detallada de tu situación. Durante las consultas, analizamos la naturaleza del problema, los síntomas que estás experimentando, su impacto en tu vida diaria y tu contexto psicosocial. Para algunas personas, la medicación puede ser útil para mejorar el bienestar emocional, la estabilidad y la funcionalidad (social, laboral/académica, autocuidado). Sin embargo, cada persona es única y la medicación no siempre es necesaria.
Si consideramos que la medicación puede ser adecuada para ti, te explicaré las opciones disponibles, sus beneficios y posibles efectos secundarios, para que puedas tomar una decisión informada sobre tu tratamiento. En algunas personas, la medicación se combina con terapia psicológica, lo cual puede resultar muy efectivo.
No me considero un psiquiatra paternalista, por lo que la decisión final sobre el tratamiento siempre será tuya.
El tiempo que tarda la medicación en hacer efecto puede variar según el tipo de tratamiento y la persona. Los medicamentos ansiolíticos/hipnóticos y los psicoestimulantes hacen efecto desde la primera toma. En cambio, otros como los antidepresivos pueden tardar varias semanas en mostrar su efecto completo.
Durante el periodo de tratamiento, revisaremos regularmente tu progreso, y si es necesario, ajustaremos la medicación para optimizar su efectividad. El tratamiento es un proceso individual y personalizado, por lo que en cada persona es único.
La duración del tratamiento farmacológico varía según cada persona y su contexto. Algunas personas pueden experimentar mejoras significativas en pocas semanas, mientras que otras pueden necesitar un tratamiento más largo para manejar y prevenir la reaparición de los síntomas de manera efectiva. El objetivo será siempre mejorar tu bienestar emocional y funcional (social, laboral/académico, autocuidado), y la duración del tratamiento se ajustará según tu evolución.
Durante las consultas, revisaremos regularmente tu progreso, y si es necesario, ajustaremos la medicación o la duración del tratamiento. No me considero un psiquiatra paternalista, por lo que la decisión final sobre continuar o suspender el tratamiento siempre será tuya. Si tomas la decisión de suspenderlo, te indicaré cómo hacerlo de forma progresiva y segura.
Sí, dependiendo del tipo de medicación y su uso. Los ansiolíticos (p.ej., benzodiacepinas) pueden generan tolerancia y dependencia física si se usan de forma continuada. Esto significa que con el tiempo pierden efectividad (el cuerpo “se acostumbra”) y no se deben dejar de tomar de forma abrupta, puesto que pueden producir síndrome de abstinencia o “efecto rebote” (p.ej., aumento de ansiedad). Además de la dependencia física, los psicofármacos pueden producir dependencia psicológica. Es decir, algunas personas pueden temer dejar el tratamiento por miedo a que sus síntomas regresen, incluso si ya se sienten mejor.
Por estos (y otros) motivos, lo mejor es que un tratamiento psicofarmacológico sea supervisado por un psiquiatra. Personalmente, siempre hago un uso racional y crítico de los psicofármacos, adaptándolos al contexto y las necesidades de cada persona. De este modo, controlo de manera cuidadosa y estricta la medicación, asegurando que la persona no desarrolle una dependencia física o psicológica que pueda resultar problemática.
Sí, puedes interrumpir el tratamiento en el momento que lo desees. Sin embargo, es muy importante que no lo hagas de forma abrupta ni por tu propia cuenta, ya que podrías experimentar un empeoramiento, recaída, síndrome de abstinencia o efecto rebote.
Si estás considerando interrumpir el tratamiento, te recomiendo que te pongas en contacto conmigo, para poder orientarte sobre la mejor forma de proceder y asegurarnos de que la transición sea lo más segura y cómoda posible para ti. Recuerda que el tratamiento está orientado a tu bienestar, y debe ajustarse siempre a tus necesidades.
Es posible que experimentes efectos secundarios cuando inicies un tratamiento farmacológico, ya que cada persona reacciona de manera diferente a los medicamentos. Los efectos secundarios más comunes de los psicofármacos (al igual que ocurre con el resto de medicamentos) son los gastrointestinales, como náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento. También pueden aparecer otros efectos como somnolencia o sequedad de
boca. Sin embargo, la mayoría de estos efectos suelen ser leves y tienden a disminuir o desaparecer tras las primeras semanas de tratamiento.
Es extremadamente raro que los psicofármacos que utilizamos en la actualidad provoquen efectos secundarios médicamente graves (como daño en el hígado o el estómago, arritmias o reacciones alérgicas).
Antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico, siempre te explicaré los posibles efectos secundarios y qué síntomas deberías comunicarme. Además, personalmente considero que si un medicamento, después de haberlo probado durante el tiempo adecuado, no te ha ayudado de forma significativa o interfiere con tu capacidad para funcionar en el día a día, lo más apropiado es ajustar la dosis o sustituirlo por otro. Mi objetivo es que te sientas lo más cómodo/a posible con el tratamiento y que puedas obtener los mejores resultados sin sufrir efectos secundarios no deseados.
El progreso con el tratamiento puede manifestarse de diferentes maneras y varía según cada persona. Durante nuestras consultas, revisaremos cómo te sientes, los cambios en tus síntomas y cómo están afectando tu vida diaria. A menudo, los avances se perciben en aspectos como una mayor estabilidad emocional, la mejora en la capacidad para realizar actividades en el día a día, o una reducción en la intensidad de los síntomas.
Es importante mantener una comunicación abierta para que podamos ajustar el tratamiento según sea necesario. Ten en cuenta que el proceso de mejoría generalmente no es lineal, y puede haber días o períodos mejores que otros. Sin embargo, lo fundamental es que trabajemos juntos para lograr una mejoría que te permita sentirte más equilibrado/a y funcional en tu vida diaria.
Algunos psicofármacos con efecto sedante pueden generar estas sensaciones, especialmente al principio del tratamiento o cuando se toma una dosis más alta. Sin embargo, muchos de estos medicamentos se prescriben por la noche precisamente para asegurar un buen descanso y evitar que afecten tu funcionamiento durante el día.
Si experimentas efectos secundarios incómodos, te animo a comentarlo conmigo directamente en consulta. En la mayoría de los casos, estos efectos se pueden mejorar ajustando la dosis o cambiando el tratamiento. Mi objetivo es que puedas llevar un día a día normal y sin molestias derivadas de la medicación.
Todo el mundo olvida tomar la medicación de vez en cuando, y en la mayoría de los casos no representa un problema grave. Si te das cuenta de que olvidaste tomarla con un margen de unas horas, puedes tomar la dosis olvidada. Sin embargo, si ya ha pasado mucho tiempo o queda poco para la siguiente dosis, es mejor que te saltes la dosis olvidada y sigas con tu horario habitual. Nunca tomes el doble de dosis para compensar la dosis olvidada.
La forma en la que mejor funcionan los psicofármacos es tomándolos de forma regular, preferiblemente a la misma hora todos los días. Si olvidas la medicación con frecuencia, la efectividad del tratamiento se verá reducida, por lo que debes intentar que esto no suceda. Si tienes problemas para recordar las tomas puedes tomar el tratamiento junto a las comidas principales, ponerte alarmas en el móvil o utilizar un pastillero.
De vez en cuando puede suceder que una persona dude de si ha tomado la medicación, incluso teniendo la caja delante o mientras se prepara para hacerlo.
Si no estás seguro/a de si has tomado la medicación, lo más seguro es actuar como si lo hubieras hecho y continuar con la pauta habitual. Tomar una dosis doble por error puede provocar efectos secundarios no deseados, por lo que es preferible omitir una toma que duplicarla accidentalmente.
Para evitar fallos con la toma de la medicación, puedes tomar el tratamiento junto a las comidas principales, ponerte alarmas en el móvil o utilizar un pastillero.
Una vez realizada la primera consulta, considero que tengo un compromiso terapéutico contigo. Esto significa que no estás solo/a en el proceso, y que siempre podrás expresar cualquier duda, malestar o necesidad de ajuste, tanto durante las consultas como entre una y otra.
Si surge algo entre sesiones, siempre puedes escribirme por WhatsApp o correo electrónico, y me pondré en contacto contigo lo antes posible. A veces, un mensaje o una breve llamada pueden ser suficientes para aclarar dudas, revisar cómo te estás sintiendo con el tratamiento o hacer pequeños ajustes que te ayuden a sentirte más tranquilo/a y acompañado/a. Si con ello no es suficiente, siempre podemos plantear adelantar la cita que ya tenías o concertar una nueva.
Las categorías de los psicofármacos (“anti-depresivo”, “anti-psicótico”, “anti-impulsivo”, etc.) se utilizan de forma general y responden más a criterios históricos o comerciales que a su verdadera acción bioquímica. En realidad, el uso clínico de un psicofármaco depende de múltiples factores como su mecanismo de acción, la dosis, la vía de administración y otras propiedades farmacológicas.
Por ello, no todas las personas con depresión reciben un “anti-depresivo”, ni los “anti depresivos” se emplean exclusivamente para tratar la depresión. Un ejemplo representativo es la Quetiapina, que es un fármaco clasificado como “anti-psicótico”. La Quetiapina tiene efectos hipnótico-sedantes si se utiliza dosis bajas, por lo que funcionaría como un “ansiolítico”, a dosis medias tiene efecto “anti-depresivo”, y a dosis altas funciona como “anti-psicótico”.
Los psicofármacos son probablemente los medicamentos más complejos de toda la medicina. Si tienes dudas sobre el fármaco que estás tomando o sobre cualquier aspecto de tu tratamiento, estaré encantado de resolverlas contigo.
Sí, es bastante habitual que a lo largo del proceso terapéutico se realicen cambios en el tipo de medicación o ajustes en la dosis, en función de cómo evoluciona la persona y cómo responde al tratamiento.
Los psicofármacos son medicamentos muy individuales y su funcionamiento es diferente al de otros tratamientos en medicina. Por ejemplo, la mayoría de fármacos para la hipertensión, el colesterol o la diabetes producen efectos similares en casi todas las personas. Sin embargo, los antidepresivos, ansiolíticos o estabilizadores del ánimo no siempre generan la misma respuesta en todas las personas.
En muchos casos, no es posible saber con certeza si un psicofármaco será eficaz hasta que se prueba. Aun así, existen estrategias para aumentar las probabilidades de éxito, como utilizar medicamentos que hayan funcionado bien en el pasado o que hayan sido efectivos en familiares directos.
Los ajustes o cambios se hacen siempre de forma controlada y con seguimiento médico. Cambiar el tratamiento no significa un fracaso, sino que es parte habitual del proceso para encontrar la mejor opción para ti. Por ello, es fundamental mantener una comunicación abierta durante las consultas.
No soy un psiquiatra paternalista, por lo que considero que la decisión y las consecuencias de tomar alcohol pertenecen a cada persona. Sí debes saber que el consumo de alcohol puede influir en cómo te sientes, además de alterar el metabolismo de los psicofármacos, reducir su eficacia y aumentar los efectos secundarios. Por ejemplo, mezclar alcohol y ansiolíticos (benzodiacepinas) puede ser peligroso porque ambas sustancias se potencian entre sí y multiplican sus efectos.
A veces, las personas recurren al alcohol como una forma de evasión, para calmar su malestar emocional o para dormir. Por ello, el consumo de alcohol es un aspecto importante a tener en cuenta durante las consultas, ya que nos puede ayudar a entender mejor la naturaleza del problema y encontrar las soluciones más adecuadas.
Si estás en tratamiento y tienes dudas sobre el consumo de alcohol, te animo a que lo comentemos abiertamente en consulta. Así podré valorar tu situación de forma individual y darte una recomendación segura y personalizada.
No soy un psiquiatra paternalista, por lo que considero que la decisión y las consecuencias de fumar tabaco pertenecen a cada persona. Sí debes saber que los componentes del tabaco estimulan ciertas enzimas del hígado (como el citocromo P450), lo que puede alterar el metabolismo de algunos psicofármacos. En la mayoría de los casos, esto hace que el medicamento se elimine más rápidamente, reduciendo su eficacia y haciendo necesarias dosis más altas. Un buen ejemplo de ello es la Clozapina, cuyas dosis se deben duplicar si la persona es fumadora.
En ocasiones, las personas recurren al tabaco para mejorar su estado de ánimo, como “premio” o para calmar la ansiedad del día a día. Por ello, el consumo de tabaco es un aspecto relevante a discutir durante las consultas, ya que nos puede ayudar a comprender mejor la naturaleza del problema y encontrar las soluciones más adecuadas.
Si estás en tratamiento y tienes dudas sobre el consumo de tabaco, te invito a que lo comentemos abiertamente en consulta. De este modo, podré valorar tu situación de manera individual y ofrecerte una recomendación segura y personalizada.
No soy un psiquiatra paternalista, por lo que considero que la decisión y las consecuencias de tomar cannabis pertenecen a cada persona. Sí debes saber que el consumo de cannabis (en cualquiera de sus formas, como marihuana, hachís, etc.) puede influir en cómo te sientes, además de alterar el metabolismo de los psicofármacos, reducir su eficacia y aumentar los efectos secundarios. La excepción es el CBD (cannabidiol), un compuesto de la planta de cannabis que no es psicoactivo y no produce efectos de «colocón» ni dependencia física. Aunque el CBD está aprobado únicamente para el tratamiento de ciertos tipos de epilepsia, su uso en otras condiciones (dolor, ansiedad, depresión) todavía está siendo estudiado.
En ocasiones, las personas recurren al cannabis como una forma de evasión, para aliviar su malestar emocional o para dormir. Por ello, el consumo de cannabis es un aspecto relevante a discutir durante las consultas, ya que nos puede ayudar a comprender mejor la naturaleza del problema y encontrar las soluciones más adecuadas.
Si estás en tratamiento y tienes dudas sobre el consumo de cannabis (incluido el CBD), te invito a que lo comentemos abiertamente en consulta. De este modo, podré valorar tu situación de manera individual y ofrecerte una recomendación segura y personalizada.
No soy un psiquiatra paternalista, por lo que considero que la decisión y las consecuencias de tomar este tipo de drogas pertenecen a cada persona. Sí debes saber que el consumo de estas drogas influye de forma importante en cómo te sientes, además de alterar el metabolismo de los psicofármacos, reducir su eficacia y aumentar los efectos secundarios. En algunos casos, también pueden generar interacciones potencialmente peligrosas.
A veces, las personas recurren a este tipo de drogas como una forma de evasión, para regular el estado de ánimo o para aliviar su malestar emocional. Por ello, el consumo de estas drogas es un aspecto relevante a discutir durante las consultas, ya que nos puede ayudar a comprender mejor la naturaleza del problema y encontrar las soluciones más adecuadas.
Si estás en tratamiento y tienes dudas sobre el consumo este tipo de drogas, te invito a que lo comentemos abiertamente en consulta. De este modo, podré valorar tu situación de manera individual y ofrecerte una recomendación segura y personalizada.
Sí, legalmente, ningún tratamiento psicofarmacológico impide conducir o manejar maquinaria pesada. Sí debes saber que algunos psicofármacos pueden afectar tus capacidades cognitivas o motoras, lo que incluye tu atención, coordinación, reflejos y tiempos de reacción.
Si vas a comenzar a tomar un tratamiento, es recomendable evitar conducir o manejar maquinaria pesada hasta que te hayas acostumbrado a sus efectos y tengas la certeza de que no te produce efectos secundarios significativos. En algunos casos, los efectos secundarios como somnolencia o mareos, pueden hacer que conducir o manejar maquinaria pesada sea peligroso tanto para ti como para los demás, por lo que lo mejor es actuar siempre con cautela.
Si estás tomando medicación y tienes dudas sobre si es seguro conducir o manejar maquinaria pesada, lo mejor es consultarlo directamente conmigo. Juntos podremos evaluar si el tratamiento es adecuado o si se necesitan ajustes para garantizar tu seguridad y bienestar.
Absolutamente, sí. De hecho, el objetivo principal del tratamiento es que puedas llevar una vida plena y normal, sin que los síntomas interfieran en tu día a día. Sin embargo, en algunas ocasiones, el tratamiento puede no ser lo suficientemente efectivo o puede generar efectos secundarios incómodos. En esos casos, te recomiendo que lo comentemos directamente en consulta. A menudo, estos inconvenientes se pueden solucionar ajustando la dosis o cambiando la medicación. Mi objetivo es que te sientas bien y sigas disfrutando de tu vida con la mayor normalidad posible.
Sí, pero la decisión de tomar o no tratamiento durante el embarazo debe ser cuidadosamente evaluada por un psiquiatra. Algunos psicofármacos están contraindicados en el embarazo debido al riesgo potencial que pueden suponer para el bebé, pero existen otros que pueden ser utilizados con un seguimiento estrecho, siempre valorando el balance entre los riesgos y los beneficios para la madre y el bebé.
Lo ideal es planificar el embarazo cuando se está bajo tratamiento psicofarmacológico. Sin embargo, en ocasiones no es posible y una mujer puede descubrir que está embarazada mientras ya está en tratamiento. En general, mi recomendación es retirar el tratamiento en mujeres con síntomas leves o moderados (sobre todo durante el primer trimestre), y mantenerlo únicamente para aquellas con síntomas graves. No obstante, esto puede variar dependiendo del tipo de síntomas, los antecedentes y el contexto de cada persona, por lo que lo más adecuado es realizar una consulta para tomar la mejor decisión en conjunto.
En las ocasiones en las que se retira el tratamiento psicofarmacológico, se pueden utilizar otras intervenciones (p.ej., terapia psicológica o técnicas relajación) para controlar los síntomas y garantizar el bienestar tanto de la madre como del bebé durante el embarazo.
Sí, es posible continuar con la lactancia materna mientras se está en tratamiento psicofarmacológico, pero esta decisión debe ser evaluada cuidadosamente por un psiquiatra.
Cuando la madre toma un medicamento, este se absorbe en el sistema digestivo, pasa al hígado donde se metaboliza y de ahí a la circulación sanguínea. Una vez en la circulación sanguínea, el fármaco puede llegar hasta las glándulas mamarias y de ahí excretarse en la leche.
La mayoría de los psicofármacos se excretan a través de la leche materna, lo que significa que el bebé puede ingerir pequeñas cantidades del medicamento. Algunos medicamentos se transmiten en concentraciones muy bajas o en formas inactivas y son considerados seguros durante la lactancia. Sin embargo, otros pueden tener efectos más significativos en el bebé, por lo que su uso debe limitarse a situaciones en las que sea absolutamente necesario. Por tanto, es fundamental valorar el tipo de medicamento, la dosis y la situación clínica de la madre para tomar la mejor decisión para ambos.
- Primera consulta (primera visita): la duración es de 1 hora y 10 minutos y tiene un precio de 120€.
- Consultas sucesivas (visitas sucesivas): la duración es de 45 minutos y tiene un precio de 80€.
Durante la primera consulta nos centraremos en comprender tu situación, explorar tus necesidades y acordar un plan de tratamiento personalizado. En las consultas de seguimiento, valoraremos tu evolución y realizaremos los ajustes necesarios para asegurar que el tratamiento se adapte a ti y te ayude a sentirte mejor. Si tienes alguna duda sobre los precios o la duración de las consultas, no dudes en consultarme.
En las declaraciones correspondientes a los ejercicios 2023 y 2024, fue posible deducir parte del gasto en salud mental dentro de las deducciones autonómicas de la Comunidad Valenciana (y otras), con un porcentaje de hasta el 30% de las cantidades abonadas. No obstante, estas deducciones pueden cambiar cada año, por lo que te recomiendo consultar el Manual práctico de la Renta de la campaña vigente o contactar con la Agencia Tributaria o con un asesor fiscal para confirmar si estas deducciones siguen aplicándose.
Sí, elaboro informes psiquiátricos cuando son necesarios a lo largo del proceso terapéutico. Estos documentos especifican los aspectos más relevantes en cada persona (diagnóstico, tratamiento, antecedentes, síntomas, estado actual, evolución…). Las situaciones más frecuentes en las que un informe puede resultar útil son:
- Presentar información al médico de familia u otro especialista (sistema público, privado o mutua).
- Solicitud o seguimiento de la baja laboral (Incapacidad Laboral Temporal).
- Solicitar adaptaciones en el trabajo, los estudios o en trámites administrativos.
- Viajar o estudiar en el extranjero: justificar seguimiento, transportar psicofármacos o recibir asistencia sanitaria.
- Procedimientos médicos: cirugía bariátrica, transición de género, fertilidad/reproducción asistida etc.
Es importante tener en cuenta que únicamente elaboro informes clínicos, y no realizo valoraciones periciales ni de carácter legal. Una vez realizada la primera consulta, podrás solicitar un informe psiquiátrico siempre que lo necesites.
Sí, atiendo a niños y adolescentes, ya que cuento con la formación y habilitación necesarias para ello. La salud mental en estas etapas es crucial, ya que influye directamente en su desarrollo hacia la vida adulta. Por ello, adapto las consultas a sus necesidades, ofreciéndoles un espacio seguro donde puedan expresarse con libertad y recibir el tratamiento más adecuado para su edad y situación.
Sí, ofrezco consultas online. Aunque personalmente prefiero las consultas presenciales, entiendo que en algunos casos puede resultar complicado acudir en persona debido a motivos psicológicos, físicos o geográficos. Por ello, si lo necesitas, podemos realizar las sesiones online sin inconvenientes, garantizando siempre la misma calidad y confidencialidad en la atención.
Actualmente, mi consulta es de carácter privado y no trabajo directamente con aseguradoras. Esto me permite ofrecer una atención más personalizada y dedicar el tiempo necesario a cada persona, sin limitaciones externas.
Sin embargo, si tu seguro médico ofrece reembolso por consultas psiquiátricas en modalidad de libre elección, puedo proporcionarte una factura para que solicites el reembolso según las condiciones de tu póliza.
Si no puedes acudir a una cita, te agradecería que me avises con al menos 24 horas de antelación para poder reprogramarla y ofrecerle el espacio a otra persona. En caso de no avisar con tiempo, es posible que se aplique un cargo por cancelación. Entiendo que pueden surgir imprevistos, por lo que trato de ser flexible en estos casos, siempre y cuando se comunique con antelación.
Entiendo que pueden surgir imprevistos. Si llegas con un pequeño retraso, la consulta se realizará igualmente, aunque es posible que tengamos que ajustarnos al tiempo restante disponible. Si el retraso es significativo, es probable que no podamos llevar a cabo la consulta en condiciones adecuadas, y en ese caso, podría considerarse como una cita no asistida.
En cualquier caso, te agradeceré que me avises con la mayor antelación posible si sabes que vas a llegar tarde. Esto nos permite organizarnos mejor y respetar el tiempo de todas las personas atendidas.
Actualmente acepto diversas formas de pago para facilitarte el proceso. Puedes pagar mediante:
- Pago en efectivo
- Tarjeta de crédito/débito
- Transferencia bancaria o Bizum
Al finalizar cada consulta, te puedo proporcionar una factura detallada si lo necesitas. Si tienes alguna preferencia específica en cuanto al método de pago, no dudes en comunicármelo.
Puedes concertar una cita escribiendo al número de teléfono 621 16 10 37 (WhatsApp), al correo info@psiquiatrasergioruizsanchez.com, o completando el formulario de contacto en nuestra página web.
Sí, puedes solicitar una cita para recibir una segunda opinión tanto sobre el diagnóstico como sobre el tratamiento que te han prescrito. Es un derecho totalmente válido como paciente y, en muchos casos, puede brindarte mayor seguridad y tranquilidad en tu decisión. Obtener una segunda opinión te ofrece la oportunidad de revisar el enfoque de tu tratamiento y asegurarte de que estás tomando la decisión más adecuada para tu bienestar.
Para que la valoración sea lo más completa posible, te recomiendo traer todos los informes médicos, pruebas diagnósticas previas, medicación prescrita y cualquier otra documentación relevante. De esta manera, podremos analizar tu situación de forma exhaustiva, lo que me permitirá transmitirte mis impresiones clínicas y valorar el tratamiento farmacológico de manera fundamentada.